"Manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra."

sábado, 15 de septiembre de 2012

El regreso

Después de mucho mucho tiempo de tener este blog abandonado, algo me llamó a escribir. Me llegó por mail este video...



No se si fue la manifestación contra el gobierno nacional de esta semana, sus repercusiones dentro de mi entorno y a nivel mediático, la falta de profundidad generalizada con la que la que se viene evaluando la realidad, los discursos confrontativos en TODOS los niveles de la sociedad, la necesidad infantil de gritar: paren el mundo que me quiero bajar...

En fin, muchos factores hicieron que conteste esto:

El problema no está en el primer video, sino en el segundo. No veo nada de malo en el concepto de que la mayor parte de nuestros ingresos se devuelva a la comunidad, de hecho, si volvieramos al principio de las organizaciones comunitarias, probablemente el porcentaje sería mayor.

El problema está en que el sistema capitalista tergiversó la noción de tributo, en la palabra está su esencia real. El mecanismo tributarista del que somos víctimas en este sistema, no digo en este país porque lo que pasa en Norteamércia es aún más nefasto, permite la malversación de fondos teñida de democracia. Así, unos pocos que nos gobiernan deciden qué hacer con el esfuerzo de la gente.

Si trabajáramos en negro, quien se quedaría con esta diferencia, serían los empleadores. Y créeme que lo digo por experiencia.

La solución no está en quitar los impuestos, sino en crear conciencia del nivel de responsabilidad que tenemos como ciudadanos una vez que se nos descuenta ese monto. Nos hicieron creer, y nosotros aceptamos porque somos cómodos, que una vez que el fisco te descuenta los impuestos, el problema ya no es nuestro sino del fisco.

Nosotros permitimos que ellos nos mientan descaradamente sobre el destino de nuestra fuerza de trabajo. Es ahí donde el sistema se vuelve aún más maquiavélico. Hay una especie de contrato preestablecido entre los gobiernos y el pueblo, sin excepción.

Ellos mienten, sabiendo que mienten, mientras nosotros aceptamos sus mentiras, sabiendo la verdad, a cambio de seguir alimentando este sistema con nuestra sangre y mantener el statu quo. Porque, por más de que esta realidad no sea la mejor para nuestra clase social, nos aterra el cambio y la posibilidad de vivir en el supuesto caos que ellos dicen que habrá si las cosas llegan a cambiar.

Quizás la anarquía no era tan mala después de todo...

Ojalá llegue el día en que nos demos cuenta que somos una sola cosa y trabajemos en unidad más allá de toda distinción ideológica

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