La contaminación ambiental es tu tema que preocupa a los altos mandos de todo el mundo, o así debería serlo. Con el aumento poblacional a nivel planetario y los hábitos de consumo contemporáneos, los recursos naturales se resienten y esto es refleja en diversos desastres ecológicos. Existen numerosos factores para medir lo que muchos especialistas llaman “la huella”, esto sería el impacto humano en el ecosistema. Uno de ellos es las emisiones de dióxido de carbono que se producen por toneladas en cada país.
Es curioso ver como países altamente desarrollados son los causantes de las mayores emisiones de este gas contaminante. Los datos mostrados en el infograma pertenecen a un relevamiento realizado en el 2008 por la División de Estadísticas de Naciones Unidas.
Mientras que en el diagrama anterior se refleja el compromiso político de cada país, en el siguiente se analiza el grado de responsabilidad que tienen los habitantes de esas naciones a la hora de elegir sus fuentes de energía.
Sin embargo, las perspectivas no son tan desalentadoras al ver que el grado de compromiso con el cuidado de la capa de ozono en aquellos países altamente contaminante va creciendo con el paso de los años.
Quizás llegue el día en el que las estadísticas sean favorables en su totalidad.
Llegada esta época del año, la necesidad de verse en congruencia con los parámetros actuales de belleza aumentan. Dentro de este esquema instaurado por la moda del momento, no sólo se encuentra la indumentaria, sino también distintos hábitos que hacen a la estética corporal. Quienes quieren lucir “bonitos” comienzan ha hacer sacrificadas dietas y se exponen largas horas al sol. Esta conducta social hace que en muchos casos, se recaiga en prácticas nocivas para la salud, una de ella es la cama solar.
¿Cuáles son las razones por las cuales el uso frecuente de métodos de bronceado artificial es tan nocivo para la salud? La respuesta es más compleja de lo que se suele pensar, lo que no implica que no exista un verdadero daño a la salud. El primero y más conocido de los riesgos es el aumento de las posibilidades de contraer melanoma cutáneo, lo que es habitualmente enunciado como cáncer de piel. Ya en el 2009 la Agencia Internacional para Estudios de Cáncer (IARC), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud, informó que la utilización reiterada de camas solares aumenta en un 75 por ciento el riesgo de contraer dicha enfermedad.
Otra razón, no tan conocida, de por qué las camas solares deben ser consideradas peligrosas para la salud, es su asociación al melanoma ocular. Al igual que ocurre con la piel, los ojos sufren una mutación genética característica causada por la radiación solar ultravioleta (UV) que deviene en la posibilidad de contraer cáncer. Si bien numerosos estudios se han desarrollado en torno a demostrar su verdadera ingerencia en la vista, muchos empresarios de la estética aún se niegan a reconocerlo.
Más allá de lo lógico y razonable, aparece el envejecimiento prematuro de la piel como otra consecuencia indeseable y poco natural del uso frecuente de las camas solares. La continua exposición a los rayos UV, ya sean por parte del sol o por medios artificiales, deteriorala el cutis, causa quemaduras, manchas, arrugas y flacidez. Teniendo en cuenta esto, cabe destacar que las camas de bronceado emiten diez veces más radiación que la luz solar . Por ello, queda en evidencia la importancia de su peligro.
Además de las pruebas presentadas por la OMS, un estudio realizado en el 2006 por el Comité Científico de los Productos de Consumo (CCPC), perteneciente a la Unión Europea afirmó que a corto plazo, “la exposición a las radiaciones UV procedentes de camas solares pueden provocar efectos secundarios como reacciones dérmicas y una merma en el funcionamiento del sistema inmunológico. Mientras que a largo plazo, podrían “aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel y cáncer ocular, así como provocar el envejecimiento prematuro de la piel”.
El daño en el sistema inmune que el bronceado artificial provoca en las personas es, quizás, el aspecto menos difundido de sus riesgos, pero no de menor en importancia. Lo que ocurre es que los rayos UVA dan tonalidad a la piel, pero también pueden causar graves lesiones, ya que penetran en más profundidad que los rayos UVB. ¿Cómo lo hacen? Tienen la capacidad de atravesar la capa protectora de la piel, conocida como epidermis, y llegar a la dermis, donde se encuentran los vasos sanguíneos y los nervios. Es por esta razón que el sistema inmunológico de una persona puede llegar a verse comprometido luego de exponerse a la radiación. Esta situación impide al cuerpo luchar contra las enfermedades y configura una razón, más quesuficiente, para no utilizar las cámaras de bronceado.
Es evidente que existen numerosas prácticas estéticas que perjudican la salud. El caso del bronceado artificial es una de ellas. Así lo manifiestan reconocidos científicos como la doctora Bibiana Leroux , directora de la Asociación Dermatológica de Rosario y el doctor Fernández Bussy , titular de la cátedra de dermatología de la UNR.
Frente a esta serie de datos, estadísticas y estudios realizados a lo largo de todo el mundo, resulta en muchos casos difícil de comprender que se privilegie la estética frente a la integridad de la salud. A esta altura del desarrollo científico, ya no se puede negar el daño que causan las camas solares en quienes suelen utilizarlas como método de bronceado.
A mediados del 2010 se debatió en el concejo municipal la modificación de una ordenanza que regulaba el uso de las camas solares en la ciudad. A principios de agosto, la reforma se hizo efectiva al incorporar la prohibición de la utilización de las mismas en menores de 18 años. En este caso, la legislación logró ponerse al día con las disposiciones de salud mundial, pero aún es preocupante el daño que producen estos aparatos en el organismo.
Frente a este panorama, y a pesar de que muchos empresarios de la estética se niegan a admitirlo, resulta evidente el grado de nocividad que genera este método de bronceado.
Organización Mundial de la Salud
En julio del 2009, un estudio a cargo de la Agencia Internacional para Estudios de Cáncer (IARC), compuesta por 20 especialistas de nueve países, volvieron a examinar los análisis hechos con anterioridad sobre las radiaciones que la Organización Mundial de la Salud clasificó en el Grupo 1. Dentro de estaclasificación se encuentran los rayos más peligrosos para la salud humana como nivel máximo.
Hasta ése entonces, los rayos emitidos por las camas solares (UVA, UVB y UVC) estaban encuadrados dentro del Grupo 2 lo que los define como cancerígenos. Pero, a partir de dicho estudio, los efectos se establecieron como de mayor gravedad. “El análisis concluye que el riesgo de contraer melanoma cutáneo aumenta 75% cuando se utilizan aparatos para broncearse antes de los 30 años”, sostuvo el informe publicado por los científicos en la revista científica The Lancet Oncology en representación de la Agencia para la Investigación del Cáncer de la OMS.
Al mismo tiempo, el artículo hace hincapié en que la utilización de las cámaras que emiten radiación UV está más desarrollada por mujeres jóvenes, lo que hace más preocupante la situación; ya que trazan un paralelo entre estos rayos y el plutonio, el arsénico y el gas mostaza. Asimismo, el estudio desarrollado mostró evidencias de relación entre la utilización de las camas solares y el melanoma ocular.
"El uso de las cámaras de bronceado puede ser perjudicial para la salud y esperamos estimular a los gobiernos a formular restricciones y regulaciones para su uso", señaló Beatrice Secretan coautora del informe, en un articulo publicado un mes después en Health Day News. Por otra parte la doctora remarcó que “la prioridad de la OMS es restringir el uso de las cámaras de bronceado para los menores de 18” y que, al establecerse los controles necesarios, sería posible reducir de manera significativa los daños.
Otro informe
Estudios anteriores al de la OMS también mostraban esta tendencia dañina de determinados aparatos de bronceado. En el 2006, el Comité Científico de los Productos de Consumo (CCPC), perteneciente a la Unión Europea, emite un informe de evaluación sobre las camas solares y la radiación UV en el cual ya comienza a perfilarse el daño que esto produce a la salud humana.
“A corto plazo, la exposición a las radiaciones UV procedentes de camas solares pueden provocar efectos secundarios como reacciones dérmicas y una merma en el funcionamiento del sistema inmunológico. Mientras que a largo plazo, podrían aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel y cáncer ocular, así como provocar el envejecimiento prematuro de la piel”, sostuvo la CCPC.
Luego de considerar probable que la exposición artificial a rayos UV “aumente el riesgo de padecer cáncer de piel y posiblemente también cáncer ocular”, el informe de evaluación sugirió que “los menores de 18 años no deberían utilizar camas solares, ya que el uso a edad temprana parece incrementar considerablemente el riesgo de padecer cáncer de piel”
En Argentina
Luego de conocerse los informes internacionales en Argentina, las repercusiones llegaron al poder legislativo que modificó las normativas vigentes en pos de adecuarse en torno a la nueva información brindada por la OMS. En Buenos Aires se dispuso que los menores de 21 años no puedan exponerse a las camas solares, al tiempo que los solariums y centros de bronceados debieran tener personal capacitado para advertir sobre los efectos en la salud a los pacientes.
La medida se replicó provincia por provincia y ciudad por ciudad, hasta llegar a Rosario donde, recién a mediados del 2010, se sancionó la modificación de la Ordenanza 6655 sancionada en 1998 que regulaba la actividad sin tener en cuenta las nuevas disposiciones de la Organización Mundial de la Salud. A partir del seis de septiembre los menores de 18 años no podrían concurrir a los centros de bronceados.
El proyecto fue impulsado por el concejal Aldo Gomes del bloque socialista quien afirma que para elaborarlo se apoyaron en dos informes médicos. El primero fue presentado desde la Asociación Dermatológica de Rosario presidido por la doctora Bibiana Leroux quien sostuvo: “los concejales han sancionado esta ley a instancias de la protección de la población más joven sobre el cáncer de piel ya que en la bibliografía dermatológica mundial ya no se duda que una exposición que produzca daño clínico en menores de edad concluye en un cáncer de piel después de los 50 años”.
Por otro lado, el segundo informe utilizado por los ediles fue promovido desde la Universidad Nacional de Rosario. “La radiación Ultra Violeta actúa por acumulación, eso se ve manifiesto después de varios años de la exposición”, sostuvo el doctor Ramón Fernández Bussy, titular de la cátedra de dermatología de la UNR.
Ante el desarrollo y las evidencias científicas que aseveran la existencia de una relación directa entre el cáncer de piel y la utilización de camas solares, resulta evidente el riesgo exponencial que estas prácticas generar en la salud. Es por ello que la importancia de la estética nunca debería sobrepasar los límites de la salubridad, así como lo sostiene la doctora Leroux al decir que "no hay ninguna razón médica para exponerse a la cama solar".
